Albrith Valek.
Originario de Stumlad
Hijo
de Horian Valek y Eleaine Valek, patriarca de una de las
familias mas
importantes
de Stumlad.Te
criaste
desde niño
en la corte de Solak, donde aprendiste
todo lo necesario para moverte
en el mundo del
noble arte de la caballería,
desde la diplomacia a la monta o el combate. Tenias
una vida asegurada, pero
un error te llevó al desastre. Tras una noche de copas y cartas con
amigos de la milicia, te despertaste entre las piernas de Lady
Ygraine Greamor, y la desconcertada mirada de su marido y Capitán de
la guardia Lord Comandante Chealdor Greamor.
La
vergüenza te despojó de tu honor, y la cadena de mando del cálido
destino asegurado por tu familia. La espada de tu familia que
portabas con orgullo yace ahora sobre la chimenea de la mansión de
tus padres, esperas el día que tu propia conciencia te deje
empuñarla de nuevo.
Al
principio la vida en Terain se te hizo dura, vivir entre rufianes era
algo innoble, pero entre ellos descubriste la simpleza de la vida en
una extraña hermandad donde no se hacian preguntas del pasado, y se
vivia al día. Aprendiste con mucho trabajo a vivir entre ellos, y
cuidar de cada uno de ellos independientemente de su origen y raza. A
cambio has enseñado a muchos la sutileza del arte de la guerra, el
uso de la espada y las armas.
Shakkar
Izzdar. Elfo Oscuro

Por
el contrario tu te adaptaste muy rápido tras la ausencia de Krahal.
Pues hiciste de la noche tu escondrijo, tranformándote en un ejemplo
del perfecto rufián, y te hiciste un nombre en el gremio de ladrones
de ERAS-HAR. Pero
a veces la suerte flaquea, o no, pues coincidió tu ajusticiamiento
con una busqueda de “voluntarios” para el lejano fuerte Terain. Allí
se sirvieron de tu”don” de la vista para las guardias nocturnas,
y retiros de vigía en Torre Mordai.
Lo
que mas te impresionó al llegar a Terain fueron los cielos
estrellados y ese extraño sentido de hermandad, pues por primera vez
la vida dependía de tus hermanos, y la de ellos de tí. Siempre has
estado solo, y ahora tienes familia.
Ulghar,
Gigante Azul
Nacido
en el clan de Garra Invernal, fuisteis aliados del reino de Stumlad
contra el Rey Dios en el pasado y tu clan destina a un guerrero de
cada generación a combatir junto a las tropas de los hombres, pues
fueron estos los que impidieron que el clan fuera diezmado años
atrás. Estos usan el talento natural de los gigantes para vigilar
las montañas. Muchos de los miembros del destacamento deben su vida
a Ulghar, ya sea por protegerlos en la montaña, buscar comida,
prevenirlos en aludes etc. el llevar a Ulghar de guía es garantía
de éxito en una misión.
Todavía
recuerdas el día en el que el chamán lanzó la runa que marco tu
destino, la mirada de todos alrededor de la hoguera, las ofrendas,
las cálidas lágrimas de tu madre y la mirada de orgullo de tu
padre. Te vistieron con las mejores pieles, el chaman te regalo ese
trozo de hueso tallado que marcó tu destino, y partiste solo, a
encontrarte con un caballero de oscura armadura.
En
la hoguera muchas noches acaricias el hueso que marcó tu destino, y
piensas en la vida en tu clan, y si alguna vez volverás a
encontrarte con tu pueblo.
Hermano
Lucius. Clérigo de Korth
Te
han asignado al cuidado del Clérigo Juvin. Odiaste la decisión que
tomaron, siempre quisiste trabajar en la noble biblioteca de Eras
Har, pero sin contactos o familia era muy difícil acceder a ese
puesto. Al principio te hallabas fuera de lugar, entre las gélidas
piedras del último bastión de Terain, rodeado de maleantes y
ladrones, y sin forma de encontrar consuelo en la palabra entre tus
rudos compañeros. Pero tras años de encierro el el borde del mundo
civilizado, empezaste a entender que una sola palabra, gesto o
mirada de tu ruda familia significaba mas que la falsa amistad de
años en la capital.
Recibes a muchos guerreros a los que das consuelo y aliento, y aunque seas muy diferente al resto, eres muy valorado en la comunidad, incluso mas que el enigmático Clérigo Juvin, al que rara vez ves, y el cual te aceptó por compromiso, pues no comparte su vida e inquietudes contigo.
Recibes a muchos guerreros a los que das consuelo y aliento, y aunque seas muy diferente al resto, eres muy valorado en la comunidad, incluso mas que el enigmático Clérigo Juvin, al que rara vez ves, y el cual te aceptó por compromiso, pues no comparte su vida e inquietudes contigo.